¿UNA IMAGEN O MIL PALABRAS?

Ya ha arrancado la campaña electoral, aunque llevamos tantos meses de pre-campaña, que cualquiera de nosotros diría que vivimos sumergidos en un entorno de debate político continuo y un bombardeo de imágenes y noticias. Cuando te dirijas a  las urnas la próxima vez, ¿votarás con la cabeza, el corazón o las entrañas? ¿Averiguamos qué proyectan nuestros políticos?

EL TRAJE

A. Ruiz-Gallardón, J. L. Rodríguez Zapatero y M. Rajoy

Aciertos y desaciertos. En general, nuestros políticos masculinos de primera fila no saben vestir con elegancia. Casi todos cometen los mismos fallos: trajes descolocados -mal hechos-, camisas mal escogidas, bien por modelo, bien por talla y el mayor error de casi todo español de a pie, mocasines con el traje. Hace unos meses José Luis Rodríguez Zapatero fue incluido en una publicación como uno de los hombres más elegantes del mundo. No sé por quién estaba compuesto el jurado, pero es evidente que en él no había ningún sastre ni nadie con un mínimo de sentido común. En la imagen puede apreciarse cómo luce los trajes el Sr. Zapatero: hombros fuera de su sitio, solapa despegada del cuerpo, camisa con pliegues, mangas excesivamente largas y esa mano en el bolsillo, por favor... Tampoco el Sr. Rajoy acierta, pues ya se ve en la imagen que un saludo no debería descuadrar todo el conjunto. Ambos hacen uso del cinturón, cuando lo más adecuado serían unos tirantes, que no se ven jamás y otorgan una mejor caída al pantalón. El Sr. Gallardón, en cambio, aunque no cumple con todos los requisitos, sí que acostumbra a lucir trajes de hechura adecuada, acompañados de zapatos oxford y camisas que no se mueven de su sitio. Es cierto que ninguno luce pañuelo en el bolsillo, pero, al menos aciertan con las corbatas, sobretodo los dos últimos. Tanto el Sr. Rodríguez Zapatero como el Sr. Pérez Rubalcaba tienen un gusto soso y aburrido para el color de las mismas. Una corbata de color más llamativo siempre hace más alegre la vestimenta de un caballero. Existe un debate acerca del color más adecuado, si un político del PSOE debería llevarla roja, uno del PP azul y uno de IU verde. Me parece una visión muy corporativista y carente de sentido, puesto que el inconsciente colectivo asocia perfectamente esos colores con cada político y cada partido, de la misma manera que el Banco de Santader es de color rojo e Iberdrola verde. Llevar el color de corbata "de partido" es una información reiterativa para el público. Para saber más sobre vestimenta masculina puedes pinchar aquí

Alfredo Pérez Rubalcaba
Mariano Rajoy

La manía de la no-corbata y los trajes abiertos. Un gran fallo que cometen nuestros políticos es el de pensar que con la chaqueta abierta ofrecen una imagen más desenfadada, cuando, en realidad, lo que vemos es un traje mal puesto, una corbata sobre un cinturón y unos michelines de más. ¡Bendito traje que ayuda a maquillar estos defectos! También se ha instaurado entre la clase política la idea de que prescindir de la corbata les acerca más a los electores, cuando, en realidad, no es cierto. Si en las empresas se utiliza la corbata habitualmente y más aún cuanto más elevado sea el cargo, ¿por qué los políticos prescinden de ella? La no utilización de la corbata resta formalidad a un acto. ¿Acaso no es lo suficientemente formal y serio lo que nos cuentan? Fondo y forma no pueden decir lo contrario. La forma ha de ser expresión del fondo: a mayor solemnidad de pensamientos y palabras, mayor formalidad en el vestir. De lo contrario se produce una profunda contradicción.

ELLAS Y SU VESTIMENTA 

Elena Salgado y Esperanza Aguire

Aciertos. En la actualidad, la política impecable por excelencia es Elena Salgado; nunca se le ha visto un atuendo o un modo equivocado. Impecable en el Congreso, en una reunión o en cualquier recepción. La Sra. Salgado siempre sabe qué hora es, adónde va y con quién. Le sigue Esperanza Aguirre, quien se ha convertido en "la política madrileña" y ha mejorado su gusto en el vestir considerablemente.

María Teresa Fernández de la Vega

Otra señora elegante, aunque, en ocasiones haya hecho uso de colores estridentes, es María Teresa Fernández de la Vega. La Ex-Vicepresidenta del Gobierno no acostumbra a  perder la compostura y su arreglo personal la suele acompañar. Lo que resultaba realmente chocante en sus comparecencias públicas no era su vestimenta sino su piel, tan sumamente estropedada a veces y tan "estirada", cual si de efecto de un lifting se tratara en otras. ¿Pondrían una malla en la cámara como con Sara Montiel?

Matrimonio Aznar
Ana Botella, Concejala

Evoluciones e involuciones. La diferencia entre la Sra. del ex-Presidente Aznar y Ana Botella en su propia carrera carrera política llama poderosamente la atención. En su papel de esposa del Presidente lucía una imagen muy clásica que rayaba en la ñoñería. Una vez liberada del yugo de sra de, Ana Botella ha manifestado su auténtica personalidad, más acorde con sus ocupaciones y cargo actuales: la de una mujer de su tiempo. Hay que reconocer que también su marido ha modernizado algo su imagen, pero sin tanto acierto como el de su esposa. Esto nos conduce a la misma conclusión que con el asunto de la corbata, que a determinado cargo, determinada indumentaria. Otra clara evolución es la de Carme Chacón, que lucía un aspecto desaliñado y no se separaba de sus gafas sin maquillar sus ojos apropiadamanete para lucir las mismas. Pasó de chica sin definir a señora elegante con algunos fallos en medio del proceso, como faltas excesivamente cortas o sin forro que hacían que el viento dejase ver las piernas de la Ministra más de lo correcto.

Carme Chacón

Quien no ha corrido tanta suerte es Leire Pajín, que, además de no haber finalizado sus estudios universitarios, tampoco se ha instruido en el arte del buen vestir ni del saber estar. Sigue teniendo ese aire de chica recién llegada del pueblo que no acaba de quitarse. Soraya Sáenz de Santamaría es indefinible: Llegó como niña buena del PP y acabó realizando un posado sexy para una publicación de gran tirada. No sé si pretendía transmitir que las mujeres del centro-derecha también eran liberadas, pero lo que consiguió fue el efecto contrario, que la mujer

Ana Mato y Soraya Sáenz de Santamaría

sigue siendo mercancía para comerciar. Desde entonces el estilo de la Sra. Sáenz de Santamaría carece de definición en el diccionario del buen vestir y en el de la Real Academia de la Lengua. Ana Mato, en cambio, que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano, viene vistiendo de forma modesta con tonalidades claras y dulces que acompañan su rostro de niña buena de colegio. Veremos a partir de ahora, cuyo protagonismo aumentará considerablemente, cómo evoluciona. Espero que en las entrevistas que concedan todas las señoras políticas no nos vuelvan a contar que visten de Zara acompañando con bolsos de Loewe -esto último lo omiten-, porque ni somos tontos ni corresponde para el cargo.

Grandes desaciertos. Son los cometidos por la falta de asesoramiento, la imprudencia, el afán de protagonismo o de romper con lo establecido, incluso cuando el "dress code" viene subrayado por el propio acto.



Los Reyes, los Príncipes de Asturias, J.L. Zapatero y C. Chacón en la Pascua Militar 2009
 S.M. El Rey y T. Jiménez en la última presentación de Cartas Credenciales

 Dos claros ejemplos de grandes meteduras de pata fueron los cometidos por la Ministra de Defensa en la solemnidad de la Pascua Militar, donde las señoras han de ir de largo -que no significa con vestido de noche- y ya en su primer año se colocó un esmoquin, traje de noche y con pantalón. El otro ejemplo significativo fue el del vestido de generoso escote y fino tirante que se enfundó la Ministra de Exteriores hace tan sólo unos días para asistir a la presentación de las Cartas Credenciales de cuatro nuevos embajadores en España. A este acto se acude también de largo, pero no con vestido de fiesta ni escotada. La presentación de Cartas Credenciales es un acto solemne. Consisten en cartas acreditativas por parte del Jefe de Estado de un país al Jefe de Estado de otro -en este último caso, el Rey de España- presentando a los nuevos embajadores del país, que son los portadores de las mismas. Es un acto que posee un protocolo muy rico, en el que los futuros embajadores son conducidos en carruaje y escoltados hasta el Palacio Real, donde se sigue un orden de presentación estricto hasta llegar a Su Majestad el Rey, quien los recibe y charla con ellos brevemente en diferentes estancias de Palacio.

A. Pérez Rubalcaba
E. Aguirre y A. Ruiz-Gallardón

GESTOS PRE-CAMPAÑA.

Emociones. Desde que se anuncian los candidatos a unas elecciones, más aún si son generales, se producen todo tipo de acontecimientos que acostumbran a ser inusuales o, cuanto menos, poco habituales, tras la misma. Estos días hemos podido presenciar lágrimas de políticos de larga trayectoria a los que jamás se les movía un músculo, ante el aplauso de sus compañeros de partido. Asimismo, contemplamos besos emocionados ante multitudes de personajes políticos que, según los medios, no son santos de devoción mutua. ¿Estrategias de campaña electoral?

Gestos e imágenes. La colocación de los candidatos

no es arbitraria y su modo de dar la mano tampoco. En este último caso, siempre ofrece la mano en primer lugar y alarga menos el brazo la persona de mayor rango. En la primera imagen es correcto, puesto que el Sr. Zapatero era el Presidente del Gobierno. En la segunda, o es una foto espontánea o el Sr. Gallardón, no sólo le ha robado la derecha, que es el lugar de honor a su jefe sino que, además es este último el que ha de estirar más el brazo. ¿Robo de poder?

J.L. Zapatero, M. Campo Vidal y M. Rajoy
A. Pérez Rubalcaba

Pero, ¿qué sucede cuando tenemos a dos personas del mismo rango con la misma aspiración: Ganar? ¿Dónde colocamos a cada uno? La derecha es el lugar de honor y quien esté en ese lado ya cuenta con más posibilidades, porque en el imaginario colectivo la imagen de la derecha coincide con el más importante; en este caso el ganador. ¿Y en el debate de hoy? ¿Quién se sentará a cada lado? Teniedo en cuenta que ninguno de los candidatos son bien parecidos -no olvidemos que nuestras abuelas votaban a Suárez, porque era guapo- el lugar se torna más importante. En televisión aún más, porque cada gesto cuenta: El modo en que hacen su aparición los candidatos; cómo se estrechan la mano; dónde se colocan... Sobre este tema ha realizado un breve e interesante análisis mi colega Juan de Dios Orozco en su blog. Para leerlo pincha aquí. ¿Para cuándo una mujer Presidenta del Gobierno? ¿No estamos preparados?

LO QUE NUNCA DEBES HACER

S. Sáenz de Santamaría / T. Jiménez / M. D. de Cospedal
R. Díez / E. Aguirre / E. Salgado
A. Sánchez-Camacho / C. Chacón / M. Nebrera

1. Votar sin haberte leído el programa de cada partido.

2. Votar al más guapo o al más simpático.

3. Votar al mismo partido por definición. La democracia es de los indecisos.

4. Votar con las tripas.

5. Quejarte cuando las cosas vayan mal si te abstuviste de ir a las urnas: Si rechazas tu derecho al voto, dejas a un lado tu opción a la queja.

A ver el debate y... ¡a disfrutar!